En 2005 di mi primer paso en la edición de juegos de rol y se me ocurrió hacerlo con un juego para adultos, de corte erótico y en formato exclusivamente digital. Vamos, que a por el oro no iba. La idea era aportar algo fresco y ofrecer una herramienta para crear y compartir historias donde las emociones humanas fueran las protagonistas.
Ver/descargar Libido Simulación Vital.
Por supuesto, cualquier juego que trabaje con personajes y conflictos (todo juego de rol) trata sobre las emociones de nuestros personajes, pero con Libido la cosa se concentraba en aspectos más íntimos. El resultado fue una obra tirando a experimental, donde el sistema de juego incluía un elemento clave, el Ánimo, para la gestión emocional de los personajes. Los sucesos de la historia tenían impactos positivos o negativos sobre el Ánimo de los protagonistas, y eso modificaba su comportamiento y exponía a tu personaje a las veleidades emocionales. Conseguir un objetivo, cumplir un deseo o tomar una copa podía elevar tu Ánimo, del mismo modo que una discusión con un amigo, un problema imprevisto o un día malo en el trabajo podía hacer que bajara. Si superabas ciertas tolerancias en el extremo positivo o negativo de tu Ánimo aparecían las emociones fuertes (la tristeza, la alegría, la ira, el deseo…) que movían a tu personaje hasta terrenos que, en su estado de serenidad, nunca se atrevería a cruzar. Libido, en resumen, exponía a los personajes a un viaje del desánimo a la euforia o a la inversa.
Quince años después de su publicación, hay muchas cosas que cambiaría de Libido, que reescribiría o rediseñaría, pero ya no sería aquel juego que diseñé con aquella torpeza e la ilusión de un veinteañero. Así que, asumiendo todas las culpas, erratas y pequeñas virtudes que pueda tener, he querido recuperarlo en mi blog personal.
Quiero dar un millón de gracias a las cerca de seis mil personas que descargaron el juego en su día (durante los dos primeros años que contabilicé las descargas, luego perdí la cuenta) y a los que colaboraron en su redactado y testeo.
Libido sigue aquí, a su manera, tratando de simular la vida. Inocente de mí.
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